Descripción
Citlatzin era una mujer con una voz hermosamente dulce. Los 3 ríos cercanos estaban enamorados de ella y la esperaban todos los días para escucharla cantar, aunque también decepcionados por la noticia que ella estaba comprometida con el hijo de un cacique.
En una mañana después de su diario baño, Citlatzin conoció a Tzilmiztli y su canto fue desapareciendo. Los ríos preocupados no entendían el cambio repentino. Ellos le preguntaron al viento lo que sucedía y él les confesó que la doncella habría conocido a un hombre. Celosos de la noticia, le pidieron al viento que al acercarse al caudal de los ríos, soplara fuertemente y ellos lo ahogarían mezclando el agua de los 3 ríos.
Esto sucedió y Citlatzin decidió agarrar de la mano a Tzilmiztli y se hundieron. Los ríos enfurecidos por lo que había hecho Citlatzin, de acabar también con su propia vida, crearon fuertes corrientes de agua y es así como, según la leyenda, se creó el Lago de Atitlán. Las aguas y el viento todavía crean una corriente llamada Xocomil porque no olvidan la traición de su enamorada.